El Emperador De La Luna 

 

Naufragio II

 

El encantador hombre volvió  a encontrarse con su primera y única amante.

Ella, muy emocionada y actuando con frenesí, decidió pedirle el tan anhelado perdón, ( que buscase por infinito tiempo), mirandole fijamente; pero su mirada no hizo mella, y fué como una atónita actitud de padre, pues las niñas de los ojos del sufrido hombre eran ahora unas espectaculares mujeres con gran madurez.

 

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