Capítulo II

Tauin ( 7 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

*******/*******

A todo esto el primo Tut, que en cierto modo adora al sol y en cierto modo lo odia, se había refugiado bajo una sombrilla playera después de haber nadado largamente hasta alta mar y regresado bordeando la costa; leía un libro, pero se sentía un poco ridículo bajo su sombrilla solitaria; sin dejar de leer, hizo un distraido gesto con su mano izquierda y la playa se llenó de gente tumbada al sol y de sombrillas; la entrada a la gran gruta había desaparecido, y los cinco se encontraron enmedio de una playa vulgar populosamente concurrida, con los consabidos niños correteando por todos lados y los consabidos jovencitos jugando a dar patadas a la pelota o tirándose discos volantes. Esto no se nos hace a nosotros, masculló Mut a Amihaf sintiéndose obligada por las nuevas circunstancias a hacer de madre del enanito; y que lo digas, respondió Amihaf sacudiéndose la arena vulgar de sílice que un patadón mal dirigido de un veloz hortera que pasó entre las dos le echó en la cara; a veces a este hermano mío lo mataría sin remordimientos de conciencia; son sus cosas, dijo Mut, le gusta el pueblo; y eso que es tan nocturnal; ¿tú crees? preguntó Amihaf; lo que no se corta es ni un pelo; famoso por las noches, pero no para tampoco de día; parar es un decir, no se detiene, aunque parece sosegado y lento; ¿y desde cuando acá se te ha ocurrido ser su hermana? preguntóle Mut como de paso; la verdad es que no tengo ni idea fue la respuesta; yo antiguamente era... miró para un lado y para otro por si alguien las escuchaba, lo que yo era, ya tú me comprendes; y un día va Ra y me llama ante toda la concurrencia y va y me dice, "Toma esta lanza, única herencia de la humanidad", ¿y yo que iba a hacer sino cogerla? ¿Bueno y qué? Pues eso, que la cogí; y al poco tiempo ya tú te puedes imaginar, -hermanitos-. No veo la lógica, dijo Mut; ni yo; ¿qué lógica vas a esperar entre nosotros?, nosotros somos como somos, y no hay más cera que la que arde; pues no me lo explico, comenta Mut; yo estoy bastante acostumbrada a las cosas raras, pero esta fraternidad gemela tuya con Tut es algo que no había visto en toda mi vida; ni yo, ni yo, le completa Amihaf dando a su amiga toda la razón; hay cosas inexplicables, y ésta es una de ellas; lo de Xir y Amentet se comprende, dos versiones de la misma cosa, pero ¿yo qué tengo que ver con Tut para tener que ser su hermana gemela?, si por lo menos fuera su hermano lo comprendería, pero ni eso, -hermana y a callar-. ¿Fue Ra el que te obligó a serlo? pregunta Mut; hija, con tánta gente alrededor no hay quien se entienda; no fue Ra, o por lo menos yo no me acuerdo; fue poco a poco; un día un poco otro día otro poco otro día otro poco, y yo me decía, me estoy volviendo rara..., me miraba al espejo y cada vez me veía más rara; fue una especie de transgenerismo, ya tú sabes, que empiezas siendo un chico y acabas siendo una chica; ¿pero te ibas poniendo fea?; no, todo lo contrario; me iba poniendo cada vez más guapa; y eso era lo que no podía soportar; que se me iba poniendo cara de luna llena; anda, mujer, no exageres, dice Mut, si eres una sílfide; ahí me duele, que soy una sílfide, como tú por ejemplo, y eso que no he parido; sin segundas, responde Mut poniéndose súbitamente seria, y ¿qué pasó?, añadió poniéndose súbitamente alegre; pues que antes era un elfo; ¿un elfo? preguntó incrédula Mut; un pitufo, un pitufillo azul; es que no me lo puedo creer, comenta Mut pero creyéndoselo, porque cosas más raras había ya visto; era un elfo feo, y estaba ya hasta las narices de ser un elfo; y a lo mejor fue por eso que me llamó Ra y me dio la lanza. Pero mujer, una lanza no puede explicarlo todo; ¿y yo qué sé?, a mí me dio una lanza, pero lo que yo cogí fue una espiral; la que llevas siempre, seguro; segurísimo; ésta; ya veo; la espiral sagrada; ¿y eso qué significa?; me parece que la evolución; vueltas y más vueltas sobre lo mismo; se comprende, ¿pero eso qué tiene que ver con Tut? Ni idea; se supone que él es el evolutivo, el que pone ritmo y todo eso, el fásico reiterativo; ahora te pones culta, hija; todo se pega, ¿no ves que Tut está siempre leyendo?, míralo allí; no siempre; otras veces escribe, toma notas y apuntes y cosas de ésas; es el sabihondo, el que nos enseña; sobre todo a la gente rústica y primitiva, todos lo dicen; entre el ruido de este mar tan ruidoso y chabacano y el guirigay de esta gente me estoy volviendo loca dice Amihaf; ¿no podrías hacer algo?, anda mujer; Mut se puso seria y alzó la barbilla; toda la gente desapareció menos los cinco, y la arena volvió a ser de oro diamantino y el océano-arriba-luz se tranquilizó; hasta la sombrilla de Tut se esfumó en el aire. Las damas parece que están molestas, comenta Geb a Tut acercándose junto con Kir; eso parece, responde el interpelado, no soportan la gente que a mi me gusta; ¿que a tí te gusta? pregunta Geb con una risilla que sonó como un terremotillo, anda ya; de la gente salen mis lectores y pensadores, ¿o de dónde te crees tú que iban a salir? Geb miró a Kir y éste asintió. La gente es el cieno primordial de donde salen los gérmenes, completó Tut doctoralmente, y es lo único por lo que la gente vale la pena, lo confieso, y a mí eso me gusta; toma, replicó Geb, pero a mí me molesta y me da alergia; ¿un grandote como tú también alérgico? pregunta burlón Tut, ni me lo imaginaba; graciosito, dice Geb, no tienes más que mirarme, estoy lleno de granos, a este paso son muy capaces de matarme; ¡ecologista...! insulta Tut en broma, no es para tanto; un poco de paciencia y verás cómo te quedas como un jaspe; y guiñó un ojo a Kir.

*******/*******

M a n ú
http://www.kronos.org

<--Anterior--|

    *     *     *

|--Siguiente-->