C a p í t u l o X I V

Tauin ( 63 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Sí, sí, por terminada, dijo Upuat sin levantarse mientras los otros cuatro se dirigían hacia la puerta y luego salían a la calle. Miró el reloj pulsera y sonrió. Como esperaba, primero entró una pareja formada por Nut y Sokari, que se sentaron a una mesa en otro discreto rinconcito. Y a renglón seguido entró otra pareja formada por Apis y Selkis, y se sentaron en otro rincón, tan discreto o más que los otros rincones. Upuat, como estaba solo, sacó un periódico e hizo como si leyera. El problema para el guionista está en cómo nos las vamos a arreglar para hacer que los cinco personajes de la escena se intercomuniquen las ideas, porque están sentados a tres mesas muy apartadas entre sí. Pero ya se nos ocurrirá algo. El camarero electrostático se acercó primero a una mesa de recién llegados y después a la otra; hizo así como un pase mágico, (un abracadabra de ésos), puso las sendas copas y se esfumó en el aire.

El periódico de Upuat de periódico no tenía de más que la cara exterior de afuera; la de dentro era una pantalla de computadora, con su correspondiente altavorcito sintonizado con las copas de néctar de las dos parejas, que a su vez eran microfonitos y altavorcitos. ¿Os ha visto llegar alguien? preguntó Upuat hablándole al periódico. Que nosotros sepamos no, respondió Sokari, el Sol de la Noche, ¿tú has observado algo? le pregunta a Nut, su pareja, diosa del firmamento. Desde luego yo soy muy distraída, dice Nut, pero así mirando por el rabillo del ojo no he visto a nadie que nos siguiera; claro que con esto de los adelantos cibernéticos del espionaje cualquiera sabe. Aquí mesa número tres, probando, probando, dice Apis, ¿me oyes, jefe? Perfectamente, dice Upuat, la copa de Selkis ponla un poquillo más a la derecha. ¿Así está bien? pregunta Apis, que va de técnico. Puede pasar; ¿qué habéis averiguado?

Pues que está clarísimo que hay una superinteligencia que nos espía, dice la diosa del firmamento, y que por eso el gobierno, añade Sokari, ha creado el ministerio de mística y trascendencia, el MMT, que tiene ya monasterios en todas partes. No me digas, dice Selkis, ¿y hay que meterse a monja? No hace falta, dice Upuat, tú has como si lo fueras y con eso basta. ¿Y yo también?, pregunta Selkis. Claro, y todo el mundo, dice Upuat, nosotros somos frailes cartujos. ¿De los que no hablan? pregunta Nut. Sólo en voz bajita, dice Apis con un susurro, ¿os habéis enterado de que la gente ya se está sospechando que el polvo que hay en el espacio interestelar puede ser no un residuo sino una forma de creación continua de materia? Algo he oído, dice Sokari, de ese polvillo hay una cantidad de masa equivalente a la masa visible del Universo por lo menos. ¿Y qué pasa con el éter, no se lo come? pregunta Selkis. Claro que se lo come, dice Nut, pero a su propia velocidad; mientras que no se lo termine de comer, el polvillo cósmico se va aglomerando en espirales la mar de lindas, y ya tenemos Universo recambiable para rato.

El positivismo crudo y duro y obsoleto, dice Apis, alega que no hay ninguna evidencia demostrable experimental de que la autocreación continua de masa material sea un hecho, ¿pero y la energía, qué?, ¿eh?, la energía y la masa son intercambiables, biunívocas que se dice, mutuamente transformable la una en la otra. Llevas toda la razón, pequeño mío, dice Selkis; dicen y dicen y dicen y no paran de decir que por la segunda ley de la termodinámica esa el calor se entropiza, Ja -Ja - Ja, ¿y si se condensa y se materializa en una forma tan fina de materia que no haya instrumento óptico posible que la vea o detecte?, ¿qué me decís a eso? Que eso es exactamente lo que pasa, dice la voz de Upuat a través del vidrio electrostático de las copas; la energía es tan másica como la materia bruta; y por tanto el circuito se completa cuando el calor entrópico se materializa en forma estructural básica del Universo.

Tú sabes algo, dice Nut, ¿no nos puedes adelantar aunque sea un poquito? Lo intentaré, dice Upuat : La teoría clásica tiene muchos fallos; el primero y principal es la supuesta pérdida de calor de la "bola original". El calor se pierde cuando pasa de un cuerpo más caliente a un cuerpo más frío; pero la "bola de fuego" no tenía fuera nada, absolutamente nada, ni siquiera Espacio ni Tiempo; ¿a qué COSA le transmitía pues el calor que iba perdiendo? Desde luego es una buena pregunta, dice Sokari, pero no hay que olvidar que toda expansión es divisiva, o sea, distributiva de la masa, con la subsiguiente pérdida de densidad de sus características; la cantidad de calor diseminado se conserva, pero la temperatura de las partes va bajando; y si esto es así, llegará un momento expansivo en que la temperatura del Universo será cero.

¿Y qué vamos a hacer nosotros en un sitio tan frío? pregunta Selkis. Tú no te preocupes, querida, dice Nut, que no llegará la sangre al río : Eso de la "Expansión", sabéis todos tan bien como yo, es un relativismo del lenguaje y de la sensorialidad correspondiente, un decir, una forma totalmente tosca y rudimentaria de entender al Espacio. La "bola de fuego esa original" que la vieja teoría supone que dio origen al Universo lo que hizo fue transformarse inmanentemente, dentro de sí misma, y a su serie de transformaciones es a lo que se le llama Tiempo, y al campo teórico en donde esas transformaciones se producen se llama Espacio; pero de expansiones como las de los globitos que se hinchan con la boca nada de nada. El calor inicial sólo puede esfumarse transformándose en alguna otra cosa, y no por simple separación de partes.

La esquizofrenia está en los conceptos "calor" y "temperatura", dice Apis, la temperatura es el calor SENSIBLE en los cuerpos, ¿pero qué pasa con el calor INSENSIBLE en los cuerpos?: sigue estando ahí aunque no se le perciba. La temperatura es sólo un relativismo, y como tal, basta con cambiar el modo de relación para que la relación varíe. Si en vez de medir la temperatura por la velocidad giratoria de las moléculas la medimos por la velocidad de orbitación de los electrones tendremos temperaturas inmensamente mayores; y si la medimos por la rotación de la unidad de masa infinitamente divisible, tendremos el Valor Absoluto de ese concepto.

Qué barbaridad, dice Nut, o sea que... el cambio de estructura físico-mental produce versiones diferentes de la Realidad, ¿no es así?; y ahora me explico lo de la suprainteligencia esa por la que estamos hablando por lo bajini : Los valores absolutos conllevan el misticismo, o sea, el paso de la física a la metafísica, el paso de la sensorialidad objetiva a la idealidad operativa que es su principio activo, su... Espíritu; y en tal caso, de lo que aquí se trata es de establecer la adecuada correlación y correspondencia entre esa Suprainteligencia y las Consciencias Individualizadas, o sea, nosotros.

Yo no habría sabido definirlo can tanta exactitud, reconoce Upuat; en efecto de eso se trata. Estamos en un momento sumamente delicado, en el que si nos descuidáramos caeríamos en el religiosismo. No es nuestro problema, dice Nut quitándole importancia a la cosa, nosotros hemos empezado por ser dioses, a nuestra manera, claro, y si hay una Suprainteligencia será una coleguilla más entre nosotros; le damos un nombre y en paz. Ya lo tiene, dice Sokari, pero como no podía hablarle al oído, ya que Nut estaba en el otro extremo del salón, no se lo dijo; pero el acertijo quedó flotando en el aire. Aquí y ahora lo que nos importa, continuó diciendo, es la adecuación de nuestras actuales mentes cognoscentes al nuevo paradigma de la Absolutidad; el quanta ya no nos sirve como unidad de medida; necesitamos un infinitésimo continuo.

Si el éter fuera corpuscular tendríamos esa unidad en él; pero el éter es un continuum de espaciotiempo puro. ¡Cáspita! bramó Upuat bajísimo, ¿puro?, no exactamente "espaciotiempo puro" es el éter, pues hay que incluirle el otro componente de la Realidad, - la Consciencia -, el Tercer Componente. Todas nuestras renuencias a reconocer en el ëter cualidades inteligentes se deben al hecho de ignorar que el Ëter es NADA SIN NOSOTROS. Estábamos hartos de decirnos que el éter es Inmaterial, o más propiamente dicho, Antimaterial; ¿y acaso la Consciencia no lo es también? Nosotros NO SOMOS éter, ni el éter es nosotros; pero en la Relación Matemática entre nosotros y el éter es en lo que consiste LA REALIDAD.

¡Muy bien dicho! dice Sokari ya en voz alta. Y todos se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la barra del bar a tomarse unos néctares juntos.

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M a n ú
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