Capítulo XII

Tauin ( 55 )

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Al fin solos, suspiró casi Maat traduciendo el sentir general de la divina concurrencia semanasantizada por el tiempo cualificado, qué agobio de tantas muchedumbres, con lo bien que se está en casa, ¿no os parece? A mí me da ya igual, he visto tantas..., dice Amón, en Egipto esto de las procesiones era muy frecuente. A mí me daban una todas las mañanas para ver salir el sol; como allí hay siempre sol....; Quien más y quien menos, todos estamos hasta las narices de tantas procesioncitas, dice Tatjenen, aunque él no fuera de los que más sacaban a tomar el aire, ¿y tú, Osiris? Yo ya me he jubilado, y ésta es la última vez que salgo. Eso lo viene diciendo éste desde hace seis mil y pico de años, dice Shed, y nunca escarmienta.

La vida pública de los dioses es así de sacrificada, suspira Shesmu, eres un esclavo a tiempo lleno de los espectáculos populares que van de más o menos serios; ¿no os habéis preguntado nunca por qué? Hombre..., te diré, dice Bai por decir algo, los dioses somos símbolos sociales, mitos, referentes de los diversos momentos del tiempo cualificado, así como también de las eventuales alteraciones que se produzcan en el devenir cíclico normal; si de pronto hay una guerra, hay que echar mano de Bast pongamos por ejemplo, y si ocurre una catástrofe o cualquier otro imprevisto hay que echar mano del dios o diosa correspondiente : la mente colectiva funciona así, -apelando a un arquetipo que tenga algo que ver con la cuestión, cuando la racionalidad ya no da más de sí-. ¿Y no da mucho de sí? pregunta Shesmu. Individualmente puede ser, y en casos muy contados, pero colectivamente en grandes masas la racionalidad tiene muy poco alcance y muy escaso repertorio de soluciones..., dice Maat.

Eso se debe a la transdimensionalidad, dice Tum por meter baza, cuando el horizontalismo se extiende la verticalidad se acorta, -es lo lógico-; como el dicho de cuando varios chavales se ponen a estudiar juntos : "Un muchacho es un muchacho; dos muchachos son medio muchacho; tres muchachos son ningún muchacho"; la colectividad pensante tiene un número óptimo, pasado el cual se vuelve cada vez más tonta; el número óptimo en cada caso es la estructura que se acopla a las demás estructuras circunstanciales, permitiendo así el contacto perfecto y el paso de la corriente solucionante a cada cuestión. La transdimensionalidad opera entonces, y el problema se transforma en solución y progreso. Encambio, la masificación es retrógrada, haciendo descender el nivel gravitatorio decisional a su rango más extenso e inferior. Los dioses somos el más antiguo y recalcitrante intento de lograr transdimensionalidad por medios psíquicos, -que es el único camino adecuado-, pero, infelizmente la mente antigua confunde el reforzamiento de la cualidad transdimensional con el acrecentamiento de la cantidad interviniente, -lo cual no es sólo inútil sino contraproducente, porque la atención colectiva deja de enfocarse hacia el objetivo y se dispersa hacia la circunstancialidad-.

Qué finolis te estás volviendo, querido Tum, comenta Selkis, dilo en forma más inteligible : Cuando uno reza, reza; cuando rezan dos, medio rezan; y cuando rezan más de dos, nadie reza. No se trata de rezar, Selkita, sino de concentrar la mente en la transdimensionalidad, explica Maat comprensiva, y a propósito, ¿en dónde incide la mente cuando se concentra? ¿Me lo preguntas a mí?, pregunta Tum. ¿A quién si no? Pues se concentra en el nivel en donde se halla la causa del efecto a conseguir o a modificar. Si la mente de la rana se concentra en el nivel de los aminoácidos, creará allí una noosfera que polarizará convenientemente a esos elementos de su propio metabolismo; y si la concentrara en el nivel del campo astronómico crearía en el cielo una noosfera reflectante con su propia mentalidad de rana astrónoma; con lo que su Universo se coordinaría con su Charca. Oy qué risa, una rana astrónoma, dice Amentet, y se comprende : las ranas profesionales de la astronomía son de la opinión que el Universo es anfibio, -lo sé de buena tinta-, y teorizan en base a la Anfibiedad, esto es, a la coexistencia de dos ambientes aptos para habitar y respirar, -en uno con la boca abierta, y en el otro con la boca cerrada-. Y es que las ranas tienen también respiración cutánea.

A Shesmu se le formaron dos hoyitos en las mejillas; la transdimensionalidad permite la conversión de señales psíquicas en señales físicas operativas, lo que como es bien sabido es la base teórica de la Magia. ¿Tú crees en eso de la Magia? le pregunta Maat a bocajarro. ¿Y por qué no? dice Shesmu evasivo y provocador : Magia es la transformación de cualquier deseo o pensamiento en objetividad : Mover un dedo, levantarse, caminar, son actos mágicos; hechos de imágenes mentales y de voluntad. Todo lo que primero está en la Mente y después está en el mundo es mágico; toda la Artificialidad es mágica; toda creación es mágica, -pues no procede de la lógica de los átomos ni da nada de cuanto opera en la Materialidad-. Magia es nuestra presencia en tanto que dioses abstractos y en tanto que seres circunstancializados. Como Magia es también el Universo, -hecho de La Nada con sifón-, hecho de sensaciones y percepciones e imágenes imbricadas, -puro psiquismo-; y empeñarse en que el Universo es Algo, distinto de nosotros mismos, es tan esquizofrénico como creerse que uno no es uno, sino otro.

Yo vi una vez una película de dibujos animados en la que un hipnotizador convenció a un ratón de que no era un ratón sino un gato, dice Amentet, y lo que consiguió fue que el gato de verdad casi se lo come. "Casi", tú lo has dicho, dice Tum certeramente, ¿pero a como no se lo comió? No..., dice la diosa desconcertada. Cuando alguien se convence de ser cualquier otra cosa diferente a lo que parece ser, asume las funciones de la tal cosa, y éste es un verdadero caso de transdimensionalidad operativa que ejerce influencias en el nivel ontológico en el que incida : El gato de tu película no se pudo comer a un ratón que no se comportaba como un ratón sino como un gato, por la simple razón de que la Realidad no es física sino psicológica, y porque la forma física de un ser no es razón suficiente para confundir al psiquismo profundo de los otros seres, pues mutuamente todos los seres se reconocen como funcionalidades estructuradas, -que es lo que realmente son-.

Si tú lo dices..., dice Amentet, "funcionalidades estructuradas"..., claro que una misma estructura no tiene sólo una única función. Tiene funciones innumerables, dice Maat, o al menos varias y diversas, y tantas más cuantas a más finalidades ese mismo ser se aplique, ¿no es verdad? Verdad es, dice Shesmu, la función hace al órgano; por pura definición la función es siempre previa al órgano que después la realiza con normalidad. Tal es la clave de la Vida, -que no es un Resultado, sino el Origen de la Realidad-.

No nos pongamos serios, dice Shed, y acabemos ya este capítulo.

Hasta la vista, Maat, dice Amentet, y que sigas tan guapísima.

Muá, muá.

M a n ú
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