Capítulo IV

Tauin ( 13 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Mira, tía, esto de la metaciencia es muy importante, dice Goreg con muchas ganas de desahogarse a fondo antes de firmar la paz, porque si no te enteras de en qué mundo estás viviendo te mueres cuando menos te lo esperas, ¿y tú quieres morirte?; ¡yo qué leche voy a querer morirme!, dice Bast, yo lo que quiero es enterame de estas cosas, pero bien explicaditas para entenderlas.

El tren recorría la llanura siberiana como si tal cosa, erre que erre kilómetro tras kilómetro; oh la blanca nieve, exclamó Nut poética, se diría que es como harina candeal -año de nieves, año de bienes, dice el refrán-; sí, díselo tú a los siberianos y verás lo que te responden, dice Bast, muy responsable; la nieve es un gran misterio, ¿verdad Xur?; ¡uy! la mar de grande, responde ésta, como la nieve no hay nada, ¿os acordáis de Papá Noel?, pues imaginaros lo que sería del pobre si no hubiera nieve; y a propósito, pregunta Bast, ¿no seremos nosotros los dioses también personajes de ficción como Papá Noel?; claro, mujer, dice Xur, personajes de ficción, naturalmente, es lo que somos; pero no te vayas a hacer tú ilusiones, hija, que los personajes de ficción tenemos una vida misteriosa y la mar de larga que más quisieran tenerla los seres de carne y hueso; ¿y cómo es eso? pregunta Bast; pues siéndolo, ¿cómo va a ser?: Los personajes de ficción somos entidades psíquicas, hazte cargo, dotadas cada uno de un determinado atributo que nos distingue de los demás: Por ejemplo, Blancanieve o Caperucita Roja; y mejor nos quedamos con Blancanieve, que hace más juego con el paisaje que estamos recorriendo; pues mira, la tal niña esa Blancanieve tiene que ser princesa, -uno-, tiene que tener madratra, -dos-, tiene que tener siete enanitos, -tres-, y tiene que tener un príncipe con el que luego casarse, -cuatro-: estos son sus atributos, que forman una constelación o esquema en el que se enmarca el arquetipo de Blancanieve; lo que no sé es si es Blancanieve o Blancanieves, en singular o en plural; da lo mismo, sigue; pues resulta que la tal Blancanieve -(vamos a dejarla en singular y asi todos nos ahoramos una letra; que aunque Hathor es tan generosa que va a pagar todos los gastos de la película...)-; sólo los de este capítulo, aclara Hathor con total determinación, -había echado cuentas, y un viaje en el transiberiano son sólo cinco billetes, que al precio que está el rublo es nada y menos-; bueno, pues aunque sea sólo este capítulo, es un detalle; ésta quiere hacerme la rosca para que yo pague también el siguiente, pues va lista, pensó Hathor; sigue ya lo de Blancanieve; pues como os iba diciendo: que cada ente de ficción es un arquetipo, más o menos importante según lo en serio que se le tome, pero al fin y al cabo un arquetipo que puede plasmarse en muchos dibujos, libros, pelíículas, estatuas y todo eso, que lo convierte en prácticamente inmortal y eterno; ¿y si nadie cree en ellos, como nadie cree en nosotros?, pregunta la diosa gato -o sea, Bast-; eso es lo de menos y además no importa: aunque no se crea ya en nosotros seguimos existiendo a nuestro modo; "A NUESTRO MODO", recalcó Goreg, este detalle es importantísimo; desde luego, confirmó Xur, -la diosa de la Nada, esposa de Xir, madre de Horus y la biblia en pasta como es sabido-, las Modalidades de Vida son infinitas, y lo único en que se parecen es en que todas tienen consciencia personal; por lo demás, las formas de sus soportes físicos pueden ser y son totalmente diferentes en cada clase de seres e incluso en cada individuo de una misma especie; pues bien: ¿Hay quien crea en los corococos?; creo que nadie, dice Bast abriendo mucho los ojos y encogiendo los labios de su boca; pues a pesar de eso COROCOCO es una palabra, un soporte físico fonético y escrito; o sea, que es ALGO: un algo que se rellena con la imaginación: yo me los imagino como si fueran mosquitos chiquitísimos, en forma de cocos voladores y formando coros en el aire; ¿de los que cantan?, pregunta Goreg; bien puede ser; a lo mejor hasta cantan, en un volumen muy bajito -naturalmente- adecuado a su tamaño; qué cosas, dios mío, hay que oír, dice Bast; o sea que mi reino tiene hasta súbditos de los que yo no tengo ni idea; estáte bien segura, dice Xur, TODO está lleno de gente; que unos a otros se perciban o no se perciban en nada se opone a la realidad.

M a n ú
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