C a p í t u l o X V

Tauin ( 69 )

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Salidos de la reunión, cada cual tomó su propio camino. Anubis tomó el de la Estación de Oriente, a bordo de su periespíritu privado. Llegó como es obvio en un instante. Le esperaban en el vestíbulo el comité de despedida, formado por Hiké, Ukh, Upuat y Mut, todos sentados en un círculo de sillones. Anubis los saludó efusivamente y se sentó entre ellos. El presupuesto argumental de esta película llega a su fin, comentó totalmente en broma, podríamos estar dando vueltas y escena tras escena eternamente, pero tampoco hay que abusar del celuloide. El Hilo Rojo, dice Upuat, no tiene extremos, lo mismo que una verdadera línea recta; digamos que esta película se llama Tauin I; y que ya luego vendrán toda la serie natural de los números hasta el infinito.

Digámoslo así, dice Anubis sonriendo : El Calendario es Eterno y no se agota con ningún ciclo completo. Eso me interesa, dice Ukh, el de las copias, ¿has calculado si un ciclo de 12 por 48 más un comodín tiene cierre categorial?, le pregunta. No hay ni que calcularlo después de lo ya dicho : Porque no se trata de una gran multiplicación a la búsqueda de un broche final y cíclico, sino de un acercamiento a un límite inalcanzable, responde Anubis. Aquel Que Reposa En Su Perfección nunca reposa, se nos aleja suavemente a cada paso.

Por la mejillas de Mut rodó una lágrima; Es La Ley, suspiró; una ley que no tiene piedad de los rezagados en el evolución ascendente y eterna e infinita de la Consciencia; el Calendario pues no puede detenerse ni repetirse. Ukh removió con la cucharilla el licuado de tomate de su vaso; era néctar, pero disfrazado de jugo de tomate; mientras estemos juntos, dijo saboreando con deleite la exquisitez del tomate atlántido, la duración indefinida no tiene más que ventajas, ¿qué tren vas a tomar? El de Regreso, dice Anubis con una leve sonrisa, un tren que no se mueve pero que hace al espaciotiempo girar a su alrededor. Es el más cómodo, dice Upuat, y además está garantizado contra todo accidente; el único que puede descarrilar es el Universo; y eso importa bastante poco; después se encendió un cigarrillo.

¿ A qué hora llega ? pregunta Hiké. A ninguna, contesta Mut mirando la guía de trenes : Tren de Regreso, salida Siempre, llegada Nunca, aquí lo pone. O sea, que todo lo que empieza, nunca termina; ¿no es ésta la filosofía de la Materia Dinámica? Eso parece, dice Upuat, e incluso empezar es un decir, un palabro conveniente, como el Cero, para iniciar alguna serie. Si el Cero fuera verdaderamente Cero, no sería ni redondo, dice Mut, no Estaría, no lo habríamos ni siquiera podido imaginar, ni pensar, ni utilizar; por eso el Cero es un Reflejo de La Ausencia, pero no La Ausencia Misma. Eso es igual que decir, dice Upuat, que La Nada no es La Nada, sino sólo un reflejo de La Nada, pero no La Nada Misma. Exactamente, dice Mut, navegamos por la Esencia sin rozarla, seducidos por sus fatuos espejismos, a través de un Vacío que nosotros mismos llenamos, y que por tanto de "Vacío" no tiene nada. Curiosa contradicción de términos simétricos, dice Anubis. ¡...Oh... si por lo menos hubiera un Centro de Simetría...! suspira otra vez Mut, pero tampoco. Centro de Simetría es cualquier punto, cualquier cosa, cualquier ser, y todo gira en torno suyo obligándole a girar él también en torno a todas partes.

No nos pongamos tristes, dice Hiké llorando a lágrimas vivas, no por favor, que no hemos hecho más que empezar la Eternidad; o a lo mejor todavía no ha empezado siquiera, ¿alguien lo sabe? Mira, niño, dice Mut, la Eternidad no empieza nunca, porque si no no sería Eternidad; es algo que lo mismo está que no está, exactamente lo mismo. Y en eso tiene su gracia. Claro, dice el dios de los papiros, (Ukh), ¿tú quieres ser eterno? Pues ya lo eres; ¿tú no quieres ser eterno? Pues ya no lo eres. Las cosas claras. Todo depende de lo que cada cual se proponga; porque cada cual es un punto de indeterminación, y es su propósito lo que le da existencia, naturaleza y sentido; dejas de tener propósito, y te acabaste tío. Pues mira, ésa es otra cuestión la mar de interesante, dice Anubis : ¿Cómo se puede empezar teniendo un propósito, y acabar por no tenerlo? La inconstancia, hombre, la inconstancia, dice Ukh con ceño reprobatorio, la inconstancia y el que la mayoría de los propósitos son de risa : propositillos..., pero no verdaderos propósitos. Coño, en este mundo nada es VERDADERO, joder, pues vaya plan, dice Upuat, no me extraña que los seres sean efímeros. La efemeridad (¿se dice así?) dice Mut, es una matemática consecuencia de la Irrealidad de los seres, simples supuestos de geometría dinámica, vacuos de todo contenido esencial; y no quiero ponerme tonta; los seres verdaderos son todos eternos, como los amigos verdaderos; si desaparecen, es que no fueron seres nunca.

Pues sí que vamos aviados, dice Hiké, ¿entonces por quiénes estoy yo rezando noche y día? (Hiké es El Orante), ¿por simples presentimientos geometroides? Sí, claro, dice Mut, los seres efímeros son sólo presentimientos geometrides de quita y pon; reinsistencias en las formas para ir dándoles consistencia ontológica poco a poco, a ver si sí, o a ver si no, pero no son totalmente inútiles, sino que sirven para que la Consciencia Soberana se pueda ir dando cuenta de sus fallos y sus aciertos, y vaya así perfilando las realidades eternas que pueblan la Eternidad desde siempre y para siempre. Más claro, mira : Tú en cualquier momento te inventas, por ejemplo, un triángulo; antes no había triángulo; tú lo haces por fases, poco a poco, equivocándote todas las veces que a ti te sean necesarias; tú te equivocas, más o menos, en los lados, en los ángulos, en los vértices, en los puntos, hasta que un día vas y te sale el triángulo perfecto : A partir de entonces el triángulo existe DESDE SIEMPRE Y PARA SIEMPRE; y no sólo eso, sino que TÚ ERES EL TRIÁNGULO.

F I N de la primera parte.

La segunda ya veremos.

M a n ú
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