Capítulo XII

Tauin ( 52 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Pues yo me voy por mi cuenta, dice Knum, que ahora va de la Perfección sobre todas las cosas; bajó a la calle y echó a andar por los arrabales; el fresco nocturno de la noche en incipiente primavera le daba en el rostro y le animó a apretar el paso; recorrió calles y calles, y al doblar una esquina se dio de narices con una procesión de semana santa.

¿Y esto es La Atlántida? se preguntó con total incredulidad. Más o menos, le dice Osiris dulcemente, enclavado en una cruz, en todo lo alto de un monte de claveles que a su vez estaba en lo alto del paso o trono o como se llamen los armatostes donde van los santos en semana santa. Encima del paso iba un montón de gente : -Shesmu, que aprovecha hasta a un bombardeo, con una jarra de vino transustanciado en sangre divina de la cosecha del 99; Tatjenen, el Ambicioso, con la boca abierta en un gesto feroz alzados los brazos; Maat, que va de traductora para explicar los simbolismos; Amón, en plan de Moisés cargando con las Tablas de la Ley; y Amentet, la diosa de la Muerte, que es la que más se ríe haciendo inmortales a la gente a diestro y siniestro-.

La fervorosa multitud estacionada al paso de la procesión es de relleno, y casi mejor sería robar los trozos en que aparece copiándolos de películas antiguas especializadas en el tema de la semana santa y de las de romanos, y así nos ahorramos tener que pagar extras. En el paso no cabía ni un alfiler, de tanta gente como iba encima, tantos faroles, tantos claveles, tantísima plata más o menos de pega, pero Osiris crucificado invitó a subirse también al paso al estupefacto Knum, que no sabía si creérselo o si tenía que cantar una saeta; Anda, hijo, gatea y trepa a esta piadosa representación de mi asesinato, muerte y resurrección; Y ni corto ni perezoso Knum se agarró a los abultados adornos plateados del gran cajón de maderas preciosas y montó ágilmente al techo; los otros le hicieron sitio y se sentó a un torno de alfarero que ya estaba preparado para cuando llegara, pues hay que recordar que el oficio de Knum es la alfarería, y que de su torno salieron todos los seres. La multitud fervorosa no se sabe qué es lo que estaría viendo encima del paso, -probablemente muñecos o estatuas de cartón piedra, y a lo mejor cada cual vería lo que quería ver : santos, dioses, demonios, espíritus, hadas y elfos, reyes magos, cualquiera sabe, según su particular cultura-.

Pero eso es lo de menos; lo que crean estar viendo las multitudes siempre será completamente distinto a lo que realmente se está mostrando. Osiris se adapta a cualquier situación y se reviste de cualquier clase de forma cuando de reinar se trata desde su reino verde, porque al fin y al cabo casi todo lo viviente se convierte en humus, que es buenísimo para las plantas, ya que es materia orgánica, o sea, abono, y cuando no en minerales que también van estupendamente al mismo fin. Los otros dioses colaboran, cada cual en su especialidad. Sería muy difícil explicarlo en palabras sencillas, asequibles y comprensibles para los no expertos, pero lo que está claro es que nada se desperdicia. ¿Y cómo se os ha ocurrido montar una semana santa en Atlántida? pregunta Knum. Pues ocurriéndosenos, dice Amón, que es el más acostumbrado a ir en barcas con ruedas, ten en cuenta, hijo mío, que esta película nuestra es un montaje de todas las épocas, con retazos de todas las películas del viejo mundo paleoplástico, y que lo que estás viendo es una composición de arte y decoración, fábulas y mitos, sucesos históricos y parahistóricos, la Rehostia, un conglomerado de todas las civilizaciones precededentes.

Me hago cargo, dice Knum, ¿y yo qué tengo que hacer? ¿En el torno?, haz lo que te dé la gana : los seres nuevos que tú modeles serán todos Atlantes, y no habrá ya diferencias entre orgánicos e inorgánicos, animales y plantas, sino que todos son ya estructuras de geometría dinámica. ¡Qué bueno!, dice la diosa de la Verdad-Justicia, así nos quitamos de tantos distingos como había antes, -que si los animados, que si los inanimados, que si los paces, aves, reptiles, anfibios y mamíferos, que si las coníferas, que si las otras clases... las cicadales, los nematelmintos, las calizas, los granitos, y yo qué sé cuántas más-, ahora todo es geometría dinámica y se acabó. Claro, tú, mujer, dice Amentet, que es la otra santa que va encima, la diosa de eso que era la Muerte, ¿no ves tú que todo se procesa en el intelecto? El intelecto es eso que tenemos en el coco, una parte sectorial de la Mente, ya tú sabes, y en el intelecto toda la realidad se convierte en geometría dinámica, dice enarcando mucho las cejas, como quien comprende algo perfectamente bien.

¡El Intelecto es una porquería! brama Tatjenen interviniendo en el diálogo, un reductor de la Realidad que ya me diréis para que sirve. Sirve para las abstracciones..., no te sulfures..., dice Shesmu, anda, tómate un traguito de vino consagrado, y le ofreció un cáliz de oro constelado de gordos rubíes falsos; Tatjenen bebió un trago e inmediatamente vio la Luz : ¡ Oh, cuán no sé qué es la miel de tus labios, ¿esto es moscatel?; Mejor aún, es néctar, dice Shesmu, néctar purísimo y añejo como debe ser, el reservado para las grandes ocasiones y solemnidades como éstas. Hoy estamos tirando la casa por la ventana, dice Osiris desde la cruz, un día es un día. ¡Oh, cómo entiendo ahora lo que esta procesión está significando! Bah, el Cortejo de Osiris, ya se sabe, dice Amón quitándole importancia, -que la Ley es la Ley cueste lo que cueste y pese a quien pese-, total, si la gente se tiene que morir, ¿por qué no utilizarla para un cortejo fúnebre? También es verdad, reconoce Knum ya completamente convertido, loor y gloria a Tí que has muerto por nosotros.

Sin pitorreos, niño, dice Osiris severamente, Muerto y Resucitado, para que te enteres, Muerto para que vosotros pudiérais existir, y Resucitado para que no os desmadréis. Perdón, Excelencia..., dice Knum. El Excelencia soy yo, aclara Shesmu porque es el gran regente, Yo, dos días nada más pero Yo.

Has de saber, amable lector, espectador, telespectador etcétera, que los dioses son un Reloj, un Calendario, un Almanaque o cosa por el estilo, y van rotando en la composición y presidencia de los gongs u horas, los días, las fases -(34 días y medio)-, los periodos -(13 meses y pico)-, los ciclos, que unas veces tienen 14 años y otras trece, las edades, las eras, etcétera, etcétera, etcétera -un lío-, y que la combinatoria nunca se repite del todo, sino que siempre hay elementos arquetípicos que se entrelazan y pasa lo que pasa, y sucede lo que sucede, y acontece lo que acontece; porque encima de eso, cada arquetipo temporal puede optar por una pluralidad de funciones, y ya te puedes imaginar la infinidad de acontecimientos diversos que forman esto que se llama "El Tiempo Cualificado", dice Maat, la traductora, de tal modo que ni se mueve una hoja de un árbol ni se cae un pelo sin que la causa y motivo no proceda del Calendario, -o sea, del Tiempo Arquetípico-, ¿lo has comprendido?

Ni que yo fuera subnormal, dice Tatjenen, claro que lo he comprendido : en la Geometría Dinámica la estructura de un ser y su destino variable depende de la Cualificación Temporal que en ese ser incida : un tipo de Astrología pero a lo bestia y desmenuzadísima que sólo puede manipularse tecleando las funciones arquetípicas de los regentes y componentes. Está tiráo de fási.

Yo me divierto mucho con el Calendario, dice Amentet, porque como nadie o casi nadie sabe seleccionar las funciones arquetípicas más convenientes para sus casos particulares, la gente muere a porrillo y se accidentan de cienmil maneras -o más- en los distintos áreas de su persona y de su personalidad. Con lo sencillo que es tener a la Omnipotencia en sus manos. Pero como no saben leer al Tiempo Cualificado todos pican, ji ji ji, y luego se quejan.

La Ignorancia es la madre de todos los vicios, dice Shesmu sentencioso. ¿No lo era la Pereza? dice Amentet que de chica había obtenido un mes matrícula de honor en Catecismo. Tanto monta, dice Shesmu, la Ignorancia, la Pereza, la Incultura, etcétera etcétera etcétera son las madres de todos los vicios, y los vicios son los padres de todos los errores, y los errores son los padres de todas las desgracias. Luego la Ignorancia es la tatarabuela de un montón de desgracias, ¿verdad?, dice Maat, ¿y qué mayor ignorancia se puede dar que desconocer la manipularidad del Tiempo Arquetípico Cualificado, eh?

M a n ú
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