Capítulo IX

Tauin ( 40 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Ra -(que es el Sol)- se puso gafas oscuras y se hizo de noche. Oh que tarde, dice Amentet, y yo con estos pelos, tengo que irme. Y yo y yo y yo dijeron Bai, Geb y Horus, y se fueron también. ¿Cómo abandonaron la azotea? ¿Cómo se despidieron de Ra? ¿En que posiciones caminaban hacia el ático de salida? ¿Y Ra que hacía mientras los otros se iban? Estas y otras son cuestiones que se deben escenificar con suma lógica para no romper en ningúm momento anterior ni posterior la sutil continuidad del argumento. Y más difícil todavía es lo de ¿Cómo entran en escena los cuatro siguiente, -o sea, Renenet, Shed, Tut y Neftis-, eh?

Pensemos: Renenet es la diosa de las riquezas del sol, y viene en función de Kristal, -(con "K", para distinguirla de la función Vidrio)-; Shed viene en plan Metabiológico, y no Terrorista como la otra vez; Tut viene en función Cognoscitiva; y Neftis, la hermana gemela de Xur, La Nada Oscura, viene en su papel de estructuradora de grandes síntesis; y todo esto y otras cosas hay que coordinarlo para que el sistema ultralógico no se escachirule. Pues si no se coordina todo con sumo cuidado, dentro de mil o dosmil años no va a haber quien se entere de lo que estamos diciendo. También está lo del cambio ambiental: Ra es el Sol, -más o menos plano-, y por más gafas oscuras que se ponga no puede dejar de estar presente ni de noche, aunque no lo parezca, ya que el Sol no es sólamente irradiación luminosa, sino gravitación y un par o tres de cosas más, -exactamente nueve cosas-; así que se encendió un purito y dando una calada se levantó y se fue con la música a otra parte.

Se fue al Duat, que es como se llama el club de los vampiros. ¿Vampiros? ¿y no quedamos que los vampiros son de otra película?, dijo Tut -que por cierto estaba con su hermanísima gemela la Amihaf de lo de la playa-; ¿Y eso qué más da?, objeta el Shed metabiológico, todas las películas juntas se llaman CINE, y eso es algo que hay que tener en cuenta, dijo viniendo de la pista de bailar con Neftis, que estaba preciosa con su vestido gris perla, ceñido hasta los pies y muy brillante; el otro llevaba también chaqueta color plata y pantalones negros con un maticillo intensamente azul. Encuanto a Amihaf, y no es por nada, venía también plateada hasta los pies como la luna llena de marzo, -o sea de la primavera-, y encuanto a Renenet venía azul kristalina, y Ra con chaqueta dorada y pantalones rojos, hehco un adefesio. La música que sonaba era como árabe del paleoplástico, o al menos eso es lo que decían los puristas.

Los seis se sentaron en torno a una gran mesa, reservada para la ocasión, en la que no faltaban ni los candelabros ni las velas ni las rosas rojas, pero de diseños tan estrafalarios que nadie lo diría a casi un millón de años de antelación, -¿o eran casi cuatro?-, y en lo que no variaba nada era en lo del néctar, que seguía siendo de fluido psi, y en lo de las copas, que eran electrostáticas como ahora. ¿Entonces tú qué dices? dice Ra abriendo lo que suele llamarse la sesión; Que aquí hay muy poca acción, responde Shed, ¿no sería mejor estar corriendo por las calles y por los tejados todo el tiempo, subiendo escaleras y tirándose por los barrancos? ¿Para qué?, pregunta Tut, que necesita conocerlo todo y comprenderlo. Para que esto no parezca tanto teatro y tan poco cine. Bah, dice Amihaf, si es lo mismo. Evidentemente que es lo mismo, dice Neftis, lo único que varía es la forma de verlo. ¿No decía yo que son lo misma?, dice Ra; ¿Cuándo lo dijiste?, dice Tut; Ni me acuerdo.

Teatro y cine son las dos versiones de la misma cosa corpuscular y cuántica, dice Amentet bajando mucho la voz y acercando la cabeza hacia los otros; el teatro es esencialmente estático, el cine es dinámico por definición, pero ambos requieren un observador, -y ése es el fallo-. ¿Cuál? pregunta Ra. Que el observador no es nunca tal, sino que está inmerso en el desarrollo, bien sea estático y profundo, o dinámico y frontal; la observación es ilusoria, a menos que uno también se introspeccione a sí mismo al mismo tiempo. Pues eso no lo había pensado yo nunca, dice Ra, foco y pantalla son un par opuesto. Que te crees tú eso, dice Tut como riéndose un rato largo, todo par opuesto no es más que una refracción mental, por cierta incapacidad para visualizar la cuarta potencia, que padecía la mente antigua; se entiende muy bien que la primera potencia es una línea, y que la segunda es un cuadrado, y que la tercera es un cubo, ¿pero y la cuarta?, entonces no se veía, y se recurría a un corrimiento por el Tiempo en dirección al futuro; Ja ja ja, rieron los demás el chiste; ¡O a un espejo!, Ja ja ja, dijeron todos a la vez; Pero ya sabemos que la cuarta potencia se visualiza en la forma de una integración sintética, dice Neftis, todas las películas son CINE, todas las comedías y dramas y demás son TEATRO, o sea, un montaje desmontable y reversible.

Y eso mismo pasa con todos los órdenes, rangos y niveles, para quienes son capaces de integrar la realidad aparentemente conpleja y diferenciada. Bravo por Horus, brinda Ra alzando su copa; Vivaaaaa... brindan todos los demás.

M a n ú
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