Capítulo VII

Tauin ( 32 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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La cajita de música empezó a hacer sonar una alegre conga, y Makrou, Bast, Bes, Hathot y Goreg, se agarraron por los hombros formando fila y brincando salieron del salón y de la fiesta; pero por otra puerta entraron en el mismo plan Shesmu, Ikh, Ra, Seth y Ptahnun, y se sentaron por cualquier lado junto a los que quedaban, -Menes y Shesmu-.

Decíamos ayer, dice Menes explicándoles las cosas, que estamos a punto de crear una nueva civilización. ¿La Atlántida? pregunta Ptahnun muy interesado. Todavía no hemos pensado qué nombre ponerle, dice Shesmu, pero Atlantis es un nombre bonito, ¿no te parece?, dice mirando a Menes. No está nada mal, responde éste, podría servir; y ahora que lo dices..., pues mira, sí, se necesita una gran extensión de espacio libre, o sea de mar, para colocar la plataforma electrostática encima sin tener que resignarnos a la orografía; y el océano ese podría servir, ¿lo intntamos, Shesmu?

Por mí no hay ningún inconveniente; Ptahnun puede poner los puentes de luz y Ra la función clorofílica; los aludidos asintieron encantados, dispuestos a todo lo que fuera en bien de la nueva civilización. Seth -el Malo- era el único que no tenía las ideas muy claras y apuntó una tenue retiscencia: Podríamos hacer la Atlantida encima de los continentes, por partes, en unos sitios sí y en otros no.

Seth siempre se opone a todo, -a lo que sea-, es el espíritu de la contradicción en persona, qué hombre, así fuera a lo mejor del mundo, ¿la Atlántida?, ya se ha puesto a pensar en cómo estropearla: Una maligna sonrisa se dibuja en su rostro de cabra diabólica, pensando en que una enorme acumulación de carga eléctrica es bastante fácil de desestabilizar; bastaría una descompensación...

Éste como siempre, dice Menes a los restantes, ya está pensando en el modo de chafarnos el invento; mira tú so subnormal: Si descompensas la dualidad bipolar de la electricidad estática, ¿tú sabes lo que vas a conseguir?... Pues lo que vas a conseguir es que la explosión sea tan descomunal que no le será posible extenderse por el Espacio, ¿lo entiendes, papanata?, y tendrá que irse remontando hasta el Remoto Pasado, a través del Tiempo; con lo que lo único que vas a conseguir es convertir a la Atlántida en una leyenda, que más tarde o más temprano terminará por plasmarse en la nueva civilización que estamos ahora haciendo.

Bueno, pues yo por intentarlo, ¿verdad, Shesmu?, no me voy a quedar, dice el malvado Seth, y va y lo hace, -la descompensación electrostática y todo eso-, así que la futura Atlántida dio un explotido y se plantó en nuevemil años antes de Platón, que fue el que lo dijo. ¿Y ahora qué, pregunta Menes, estás ya tú contento? Prosigamos: Da igual que la Atlántida se descompense tantas veces como sean, porque al fin y al cabo sólo serán Desdoblados de la Atlántida real, -qué lástima que no esté aquí Ukh para explicárnoslo-, simples paralelismos en el Tiempo, que se dice, imágenes retroactivas que luego confluyen en la única realidad, -como cuando se tira una piedra para arriba-; y es que, claro, igual que hay fuerza de gravedad en el Espacio también hay fuerza de gravedad en el Tiempo. ¿Y las dos son la misma?, pregunta Ptahnun.

La mismísima, responde Ikh, -el Brillante Espíritu-, que estaba aún sin hablar y tenía él también que decir algo: Yo me encargo de la metabiología, o sea, de los organimos inmortales atlántido-hablantes, y la gravitación temporal entra de lleno en mi especialidad: Se trata de fijar un patrón modelo, una edad más o menos perfecta para el organismo, -igual que nosotros tenemos todos treinta años, menos este imbécil que tiene treintaitrés, (y no hay ni que decir a quién se estaba refiriendo: a Seth)-, un patrón temporal que será el núcleo denso en torno al cual gravitarán el pasado y el futuro.

Un núcleo denso de temporalidad, explica Menes, es algún acontecimiento tan importante en la existencia de un objeto -o sujeto- que todo lo anterior y todo lo posterior que le haya sucedido y que le sucediere están siempre en función de su idealidad, como los satélits gravitan en torno a sus planetas. ¿A que esto lo comprendes hasta tú, verdad? Por eso no tenemos que preocuparnos de las descompensaciones que puedan ocurrirle a la electricidad estática de nuestra Atlántida, a condición de hacerla TOTALMENTE PERFECTA como seguramente comprenderéis.

Claro, dice Ikh.

M a n ú
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