Capítulo V

Tauin ( 21 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Hay poco donde elegir, dijo finalmente Amón, encendiendo un fatuo y arcaico cigarrillo electrostático para normalizar la situación, la bipolaridad es más un supuesto que una realidad, ¿qué ocurre dentro de un imán?

Pan toca una breve melodía con su flauta embelesante, una tonada que nadie oyó jamás, pero que suena como si fuera la música del mundo desde el origen.

Ocurre que dentro de él algo se mueve, responde Keperer, nunca he creidó en la atracción ni en la repulsión, sino sólo y siempre en el empuje. Permitidme, dice Knum sonriente, que os cuente la leyenda del hombre invisible. Adelante, dice Hathtor, cambiándose de posición en su lecho y sentándose como una diosa hindú, Esto era que se era...; Ciertamente, dice Keperer, esto era que se era un hombre invisible, que un día asistió a una ceremonia en un templo lleno de gente. Al lado izquierdo del altar había una mesa donde un pebetero echaba humo de incienso. Al hombre invisible le pareció que el pebetero estaba muy lejos del altar y que el perfume no llegaba sufivientemente a las narices de la diosa Kali, por lo que consideró un deber piadoso empujar la mesita hacia la diosa, y efectivamente, la mesita con su pebetero encima se fue acercando al altar. Un Oooooohhhhhhh estruendoso estremeció a la piadosa concurrencia, al ver moverse a la mesa por sí sola; pero como en la India están desde hace muchísimos siglos acostumbrados a ver milagros, tampoco nadie le dio mayor importancia al hecho de que la mesita del pebetero se desplazara por sí sola hacia el altar de Kali; pero al sacerdote que oficiaba la cereminia le pareció muy conveniente y pío aprovechar el hecho para la edificación espiritual de aquellos fieles creyentes de su parroquia; y pronunció con voz solemne esta oración:

" ¡ Todos los cuerpos se atraen con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias ! ", y otro Oooooohhhhh aun más estruendoso que el del milagro acogió sus palabras.

El único que no quedó muy convencido con lo dogmatizado en esta oración fue el hombre invisible que había empujado la mesa. También puedo contaros la leyenda de la bola invisible de billar. Nos la imaginamos, le ahorra Hathor: Era una bola invisible de billar que tropezaba con las otras y las movía. Y la gente se creía que son las bolas de billar las que se atraen unas a otras. ¿No es así?

Así es, señora mía, confirma Keperer, no existe atracción sino empuje. ¿Quién o qué es lo que empuja?, pregunta Pan de un modo muy raro, como propio de quien conoce de antemano la respuesta y sabe que entre todos están haciendo un simulacro. ¿Quién va a ser?, el Eter, dice Amón, la Antimateria. ¿De qué os creéis que está hecho el Éter? De Continuidad, responde Hathor retocándose el peinado y cambiándose una horquilla de lugar, en tanto que la Materia está hecha de Discontinuidad; sacudió levemente la cabeza para que sus cabellos se acoplaran a su nueva posición; el Éter penetra en la Materia y desaparece como el agua a través del agujero del lavabo, y en esa corriente, que es curva, va arrastrando a todos los cuerpos materiales que encuentra a su paso, -en los que también se sumerge, según sea la masa de cada uno-. Muy interesante, ¿y a dónde se supone que va el Eter al sumergirse en la Materia? Hay dos teorías, dice Hathor, que no está del todo satisfecha con su nuevo peinado, unos dicen que mutuamente se anulan, -¡estos pelos!-, y otros aseguran que a lo mejor entra en un Antiuniverso constituído al revés que éste. ¿Me ha quedado bien?

Perfectamente, dice Amón, ¿eres rubia natural, o más bien teñida? Según me da. Lo imaginaba; pues ¿qué ocurre dentro de un imán? Que si los átomos de polarizan, girando muchos de ellos en paralelo en una misma dirección, actúan como ventiladores, absorbiendo éter por un lado y expulsándolo por el otro. A mí desde luego me gusta más el pelo suelto que recogido, pero el Protocolo es más bien estricto en asuntos de peluquería. El magnetismo del imán es sólo un caso particular de la gravitación universal, y no hay que sacar conclusiones precipitadas; el asunto se complica con la electricidad en su forma dinámica, pero sigue siendo un caso particular de la antimaterialidad del Éter. Lástima que ahora no dispongamos de tiempo para estudiar tu plan estratégico, Amón.

M a n ú
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