Capítulo IV

Tauin ( 16 )

KIR Fénix

Manú <144@arrakis.es>

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Nuevo mugido locomotoril, nueva parada, y nueva otra vez de la diosa Gato a quedarse sola, porque Blancanieve, Santa Claus y el Lobo Feroz se fueron sin decir palabra, -o por lo menos no consta-; pero en su lugar subieron al tren y entraron en el compartimento de la diosa Bast un músico, un fabricante chino de instrumentos ópticos, y el enanito de 4 años llamado Bes, que aunque ya no mandaba nada, seguía con ínfulas de gran olímpico; le había tomado gusto al poder y no parecía resignado a cederle el sitio al gato. Saludaron y se sentaron donde a cada cual le pareció mejor, Bes, naturalmente, al lado de la ventanilla.

¿En qué se nota que voy de músico? preguntó Zedfank; el gato estaba ya un poco cansado de ser gato y se convirtió en rusa, rubia y con un gorro de visón encasquetado en la cabeza, y hasta ganas le dieron de llamarse Irina, pero eso no podía ser, por exigencias del guión, así que dijo llamarse Bastia Karenina al presentarse a los recién llegados, aunque no engañó a nadie. El músico era el mismísimo dios Ptahnun en persona, y se le notaba que era músico porque se le ocurrió llevar un guitarrón colgado a la espalda; así que no había dudas; y encuanto al de los anteojos se notaba que era fabricante porque llevaba en las manos un microscopio de tamaño normal y un telescopio de tamaño reducido.

Bes sólo llevaba una corona de feria de papel de plata, y no venía vestido de vampiro sino de zar. Bast estaba ya hasta el moño de tener que ser ella quien tuviera que iniciar siempre las conversaciones, pero ése es el protocolo. Así que músico y óptico, comentó, y tú de lo de siempre; Puedo tocar para tí una balalaika, dijo Zedfank, y ni corto ni perezoso empezó a tocarla con su guitarra.

Y yo podlía enseñalte aquí mismo al micloscopio un cultivo bacteliano de lo más lindo, mila, mila, le dice invitándola; Basta dice Bast casi con rima o casi con tautología (repetición), o casi con tautología (repetición), o casi con...; con tautología (repetición), completa Zedfank, pues tautología y repetición son la misma cosa. También puede milal a las estrellas, insiste Ptahnun, ofreciéndole el telescopio con mano temblorosa, sos más o menos como las bactelias, ¿sí?

El surrealismo era total, y ya un poco cansino, Bast estaba extenuada de tanta trascendente incompetencia, ¿de quién, -se preguntó-, suya o de la situación?

Atar cabos dispersos no es cosa fácil, dijo Ptanun, sobre todo cuando están dispersos en la oscuridad; No lo es, asiente Bast, por eso quizás sea lo de los instrumentos ópticos; En efelto, honolable señola, dice el chino poniendo eles hasta donde no hacía falta, la Tlanspalencia nos es vital en estos momentos de clisis absoluta; Tenemos -no obstante- una guía instintiva musical, insiste el dios de la alta madrugada; No me gusta la palabra instinto, dice Bast: recuerda a los gatos; ¿Y eso es malo?, pregunta Bes súbitamente interesado y curioso por el giro inesperado que tomaba la conversación; el instinto, que yo sepa, es una consecuencia particular mecánica del campo morfogenético; El mocoso no anda despistado, dice el chino con una lisita sonliente, el campo molfogenético es un diseño pleestablecido, folmado por pautas lepetidas a muchos niveles.

Bes se esponjó de gusto como un crío que era al sentirse aprobado por un tan sabio maestlo como ela el chino con toda segulidad; y animado por su éxito se entregó a la improvisación: El campo molfogenético, dice con su voz infantil de media lengua, nos guía celtelamente en la celteza de que por muy lalos (raros) que sean los lugales sicofísicos a que lleguemos, todos selán siemple iguales.

Niño, ¿y no podrías dejarle la fonética del celeste impelio al chino éste?, dice la diosa Bast al borde del ataque de nervios; Vale, tíaaaaaaa, no es para tanto; el campo morfogenético o como se llame es una estructura hologramática; esto lo saben ya hasta los macabeos; lo que quiere decir que en cualquier parte que se considere se halla la clave del Universo y de toda la realidad; se estiró todo lo que pudo y le quitó al chino las gafas de un garfañon; ¡Niño, estáte quieto y tlae mis gafas!, chilló el chino; Aquí, aquí, mírenlo señores, en cualquier ínfima subpartícula y en cualquier trozo de este objeto y en el objeto entero, se halla contenida toda la información necesaria para producir cualquier objeto, ser o cosa; Gran expectación; ¿Tú clees?; Si señol, le dice al chino; La información es una pauta, una simple pauta más o menos repetida en todos los seres; y es además una pauta coherente con la Continuidad; Como el minimalismo, apoyó Ptahnun, -el músico de la guitarra-, una reiteración indefinida de una frase muy corta que puede ocupar la eternidad; Entiendo, dice Bast, y es cada vez que nos damos cuenta de que estamos en una uniformidad interminable cuando se produce alguna variación para tranquilizarnos; Y leanimalnos, añade Ptahnun.

La Valiación en una ilusión, señola, confirma el músico.

M a n ú
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